Una fuente del Ministerio de Interior iraquí informó a Efe de que los manifestantes han lanzado piedras hacia la sede diplomática pero este miércoles no ha habido nuevos intentos de asaltar o penetrar en el fortificado complejo.
La fuente, que pidió el anonimato, agregó que fuerzas especiales del Ejército iraquí, encargadas de proteger la Zona Verde, donde se ubican las embajadas y sedes gubernamentales, se han desplegado frente a la legación estadounidense.
Ayer cientos de manifestantes, simpatizantes y seguidores de la Multitud Popular, asaltaron repetidamente la Embajada y se enfrentaron a los guardias que la protegen, que emplearon gases lacrimógenos, pelotas de goma y bombas de sonido para repelerlos.
Los incidentes llevaron a Washington a enviar «fuerzas adicionales» para apoyar al personal de la legación diplomática, tal y como anunció anoche el secretario de Defensa Mark Esper.
«Hemos tomado medidas apropiadas de protección para asegurar la seguridad de los ciudadanos, personal militar y diplomáticos de EEUU en el país, y garantizar nuestro derechos a la defensa propia», aseveró Esper en un comunicado.
Las manifestaciones violentas tienen lugar después del ataque que Washington lanzó el domingo contra posiciones de algunas brigadas de la Multitud Popular en el oeste de Irak, en el que fallecieron 25 de sus hombres, según la propia milicia.
Ese bombardeo responde a su vez al lanzamiento de proyectiles y cohetes contra bases militares e instalaciones con presencia estadounidense en suelo iraquí, que el Gobierno norteamericano atribuye a la agrupación Kata’ib Hizbulá (KH), que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular.
El día 27 de diciembre un contratista estadounidense murió por el impacto de proyectiles en la base militar K1 de Kirkuk, en el norte de Irak, siendo la primera víctima mortal de los ataques que se han sucedido en los pasados meses. EFE
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