“Quien no lee el periódico no está informado y quien lee está desinformado. Tienen que cambiar eso. Ustedes son una especie en extinción”, insistió.
El presidente arremetió en particular contra un reportaje del portal de noticias UOL que afirma que Bolsonaro utilizó recursos de un fondo público electoral para su última reelección como diputado en 2014. Bolsonaro calificó la pieza de “imbecilidad”, argumentando que tenía información errada.
En su tradicional encuentro con seguidores a las puertas de la residencia oficial, Bolsonaro recordó que canceló las suscripciones de más de una decena de diarios y revistas del Palacio del Planalto.
“Quien quiera que vaya a comprar, porque leer el periódico envenena. Ya viene envenenado”, agregó.
Disparatadas declaraciones
«El país y el mundo han sido sorprendidos, a cada momento, por declaraciones disparatadas del presidente de la República y sus auxiliares más próximos», afirmó la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, por sus siglas en portugués), en un comunicado.
«El presidente no puede confundir lo que tal vez sea un deseo oculto con la realidad. Mientras que la información sea una necesidad vital de las sociedades modernas, y ella lo será siempre, el periodismo seguirá existiendo», afirmó la ABI. La asociación se dijo segura de que el periodismo, «con seguridad, sobrevivirá más tiempo que los políticos enemigos de la democracia, que, ellos sí, tienden a ser engullidos por la historia».
Dardos recurrentes
En octubre de 2019, el presidente anunció que canceló la suscripción del Folha de S. Paulo, el segundo mayor diario de Brasil con el que el presidente sostiene un abierto enfrentamiento.
La medida fue anunciada pocos días después de que el presidente estadounidense Donald Trump, de quien Bolsonaro se declara admirador, cancelara la suscripción de los diarios The New York Times y The Washington Post, calificándolos de medios “falsos”.
Desde la campaña presidencial de 2018, Bolsonaro ha atacado verbalmente en varias ocasiones a los medios de comunicación y a periodistas.
Desde un primer momento se inspiró en su admirado presidente, Donald Trump, a la hora de lidiar con la prensa y, al igual que su homólogo, no ha titubeado a la hora de tildar de «fake news» (noticias falsas) las informaciones críticas a su Gobierno.
En uno de los últimos encuentros en la residencia oficial en diciembre, Bolsonaro le dijo a un periodista que tenía “una cara de homosexual terrible”, cuando éste le pedía un comentario sobre la investigación a su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, sospechoso de corrupción.
Un día después, el mandatario admitió que cometió un error al hacer la declaración.
Con información de EFE y AFP
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