El sultán Qabus ibn Said Al Said, que ejerció el poder en Omán desde 1970, murió el viernes por la noche a los 79 años de edad. Era el monarca árabe con más tiempo en el poder y tenía una reputación de mediador respetado y moderado en la región del Golfo.
«Con tristeza (…) la corte del sultanato está de luto (…) nuestro sultán Qabus bin Said (…) fue llamado por Dios este viernes», informó la agencia oficial de prensa omaní.
En 2019 el sultán había sido hospitalizado varias veces en Alemania, y el pasado 31 de diciembre el palacio real había informado que el estado de salud de Qabus era «estable» pero sin lograr detener los rumores sobre la gravedad. Según algunas fuentes diplomáticas, el monarca luchaba contra un cáncer de colon.
Llegó al poder tras un golpe de Estado contra su padre
Qabus llegó al poder en 1970, cuando encabezó un golpe de estado contra su propio padre, el sultán ultraconservador Said bin Taimur, y buscó transformar el sultanato, que hasta ese momento estaba completamente cerrado al mundo y sometido a un rígido control religioso.
El sultán no tuvo hijos y ni hermanos, por lo que la familia real designó a uno de sus primos, Haitham bin Tarek, para sucederle.
En su primer discurso como dirigente, el nuevo soberano aseguró que seguirá «el camino trazado por el difunto sultán» comenzando por la «no injerencia en materia internacional».
Además, garantizó que su país seguiría «favoreciendo las soluciones pacíficas» para las crisis regionales y mundiales.
En las últimas décadas, Qabus se proyectó como un hábil negociador en la región, al punto de haber facilitado diálogos por los acuerdos multinacionales por el programa nuclear de Irán y al mismo tiempo mantener su pertenencia al Consejo de Cooperación del Golfo, de fuerte influencia saudita.
Al frente de un país vecino de Arabia Saudita y separado de Irán por el Golfo Pérsico, Qabus se esforzó en llevar adelante una diplomacia abierta.
Así, mantuvo relaciones cordiales con esos dos vecinos al tiempo que recibió visitas de dos primeros minitros de Israel (Yitzhak Rabin en 1994, y Benjamin Netanyahu en 2018).
Así, se tornó en una rara monarquía petrolera con diálogo fluido tanto con países occidentales como con Irán, y Qabus era considerado un interlocutor para obtener liberación de prisioneros en el sangriento conflicto del también vecino Yemen.
Deja una respuesta