Gobierno de Argentina sostiene que no quiere condicionamientos del FMI

Al referirse a las conversaciones con el FMI para renegociar un préstamo concedido a Argentina en 2018 por más de 56.000 millones de dólares, Guzmán señaló a periodistas que el programa económico que acordó el gobierno de Mauricio Macri con el organismo fue un “estrepitoso fracaso” que incrementó el endeudamiento y dañó la capacidad productiva.

Está claro que eso no va y lo nuestro es distinto; lo nuestro es nuestro. Lo nuestro lo decidimos nosotros”, afirmó el funcionario a quien el presidente peronista Alberto Fernández designó como responsable del área de Economía y quien fue colaborador del Premio Nobel Joseph Stiglitz.

Guzmán subrayó que el gobierno tiene el “control” sobre un programa económico con el que espera afrontar la deuda y no va “a permitir ninguna condicionalidad”.

Acotó que las autoridades mantienen “conversaciones con el FMI en tono constructivo y continuarán con el objetivo de reperfilar el sendero de pagos programado con el Fondo”.

Las palabras de Guzmán parecen echar por tierra la posibilidad barajada por analistas de reemplazar el acuerdo stand-by de 2018 por uno de facilidades extendidas que conlleva reformas estructurales de largo plazo y monitoreos por parte del organismo de crédito.

Guzmán no dio precisiones sobre el proyecto de ley para reestructurar la deuda que el gobierno enviaría al Congreso en las próximas horas. La iniciativa, según dijo, se da en un contexto “crítico” debido al aumento de la pobreza y desempleo y a que “la actividad ha venido en caída libre”.

“Esta ley nos dará condiciones para poder estructurar y ejecutar las operaciones necesarias para restaurar la sostenibilidad de la deuda pública”, sostuvo el funcionario, quien señaló que existe voluntad de afrontar lo adeudado “pero hay que generar capacidad de pago y para eso hay que crecer”.

El gobierno busca reestructurar pasivos por unos 100.000 millones de dólares, más de la mitad con acreedores privados, en un contexto recesivo y con una inflación que no cede. El año pasado terminó con un alza del costo de vida de 53,8%.

El funcionario pidió “buena fe” a los bonistas y el tiempo necesario para resolver un problema de “descalabro macroeconómico”.

Indicó además que el Ejecutivo nacional y el de la provincia de Buenos Aires, la de mayor peso económico del país, están trabajando en conjunto para afrontar los pagos.

“La provincia de Buenos Aires le ha pedido tiempo a los bonistas haciendo lo mismo que está haciendo la Nación. Continúa pagando intereses, pero lo que pide es prolongar un vencimiento de capital”, explicó Guzmán.

Fuente: AP


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