Mediante una orden judicial, las fiscales intervinientes en conjunto con agentes policiales, accedieron al lugar de aproximadamente cuatro hectáreas, tras denuncias en torno a Delitos Ambientales denunciado por la Municipalidad de Luque.
En el interior se hallaron potenciales criaderos de mosquitos, entre malezas, gran cantidad de vehículos abandonados, neumáticos y una pileta llena de agua en descomposición.
El sitio está a nombre de una empresa privada de nombre Formasa, cuyo propietario fue identificado como Ángel Sopeña, un ciudadano español radicado en Paraguay.
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