La céntrica plaza de Parliament Square, núcleo de los actos del viernes para marcar la desconexión británica del club comunitario tras 47 años, recuperó su estado normal, despojada hoy de cualquier resquicio de fiesta a excepción de alguna bandera de la Union Jack y muchas huellas embarradas de zapatos en el césped.
Tras más de tres años de negociaciones, varias extensiones y tres primeros ministros, la salida del país del club comunitario se ejecutó ayer en una jornada en la que sus partidarios lo vitorearon mientras que los proeuropeos llevaron a cabo sobrias vigilias.
En la citada plaza, miles de personas estallaron de júbilo al llegar la medianoche. Allí, el grupo euroscéptico Leave Means Leave (salir significa salir), respaldado por el ya exeurodiputado Nigel Farage, organizó la fiesta más grande de la jornada.
Esta mañana, en cambio, volvía la tranquilidad a ese enclave y los equipos de personal de limpieza y otros empleados acondicionaban la zona y desmontaban los altavoces utilizados anoche en los eventos.
En general, las celebraciones transcurrieron de manera civilizada, pese a la gran fractura social que el Brexit ha generado en este país.
La Policía Metropolitana de Londres (Met) apenas tuvo que efectuar detenciones durante la noche a consecuencia de los actos multitudinarios programados.
Los agentes indicaron hoy que en total, en Londres, detuvieron a cinco personas en el barrio de Whitehall, donde están las oficinas gubernamentales, por cargos que incluyen desde desorden público u obstrucción a la labor de los agentes. Tres de esas personas permanecen hoy bajo custodia policial.
Por su parte la policía de Irlanda del Norte no tuvo que efectuar ningún arresto y en Glasgow los actos celebrados estuvieron marcados también por la sólida presencia de agentes. EFE
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