La Tierra tiene temporalmente un nuevo satélite natural

Esta fascinante miniluna nueva fue descubierta por los astrónomos Teddy Pruyne y Kacper Wierzchos de la red Catalina Sky Survey durante la noche del 15 de febrero de 2020.

La red Catalina Sky Survey se gestiona desde el Laboratorio Lunar y Planetario en el Departamento de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona (Estados Unidos). Es un proyecto financiado por la NASA cuya misión principal es descubrir y rastrear objetos cercanos a la Tierra, a fin de determinar su riesgo de impacto contra ella.

El hallazgo se ha corroborado mediante observaciones adicionales realizadas por la red Catalina Sky Survey así como por observatorios en Estados Unidos, Reino Unido y España, entre otros.

Los objetos capturados en torno a la Tierra y cuyas órbitas han experimentado cambios muy complejos, como es el caso de 2020 CD3, constituyen descubrimientos muy inusuales y puede resultar difícil demostrar que son cuerpos naturales cuando sus órbitas son similares a las típicas de pedazos de chatarra espacial que casualmente vuelven a entrar en órbita terrestre tiempo después de haber salido de ella, como por ejemplo aceleradores u otros componentes de cohetes que volaron temporalmente a la deriva por zonas del espacio no muy alejadas de la Tierra. Sin embargo, un análisis adicional del movimiento orbital de 2020 CD3 reveló una característica clave: parece estar poco afectada por la fuerza de la presión de radiación solar, lo que indica que el objeto probablemente es muy pesado para su tamaño. Esta densidad lo perfila más como una roca que como un pedazo de chatarra espacial.

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Una miniluna diminuta

A pesar de su pequeño tamaño, 2020 CD3 fue descubierto a una distancia de unos 300.000 kilómetros, solo un poco menos que la que separa la Tierra de la Luna.

Los investigadores que han analizado los movimientos de 2020 CD3 creen que nuestra nueva luna fue capturada por primera vez por la gravedad de la Tierra hace muchos meses, y quizás tan atrás en el tiempo como tres años. A pesar de estar tan cerca de la Tierra, el objeto no fue detectado debido en gran medida a su pequeño tamaño, además de por la compleja ruta orbital tortuosa que ha seguido.

Es importante destacar que también se confirmó que el objeto no representa una amenaza de impacto para la Tierra, al menos no durante este encuentro, aunque el análisis realizado por expertos del proyecto Sentry del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA indica una probabilidad de aproximadamente el 3% de un impacto de 2020 CD3 contra la Tierra en los próximos 100 años. Otras observaciones refinarán las predicciones y podrían permitir descartar por completo esa amenaza de impacto en los próximos 100 años.

Por ahora, 2020 CD3 está alejándose suavemente de la Tierra y el próximo mes abandonará el sistema Tierra-Luna para caer una vez más bajo la influencia de la gravedad del Sol. Sin embargo, en el futuro puede reencontrarse con la Tierra y volver a ser capturado y expulsado temporalmente, o tal vez impactar contra nuestro planeta. Sin embargo, si tal impacto ocurre no hay motivo de alarma: objetos del tamaño de 2020 CD3 se precipitan contra la Tierra aproximadamente una vez cada pocos meses, y por regla general se desintegran de manera inofensiva en la franja superior de la atmósfera, con solo algunos pequeños fragmentos alcanzando ocasionalmente la superficie de la Tierra.

2020 CD3 no es la primera miniluna temporal de la Tierra. En 2006, Eric Christensen, astrónomo de Catalina Sky Survey, descubrió el objeto 2006 RH120 del cual también se determinó que había sido capturado dentro del pozo de gravedad de la Tierra, y al igual que le ocurrirá a 2020 CD3, finalmente fue expulsado de su órbita en torno a la Tierra.

Fuente: NCYT Amazings


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