Al ver al pájaro en apuros, la mujer, supuestamente una turista, usó otro teléfono para llamar al Centro de Rehabilitación de Aves Silvestres de los Cayos de Florida.
Los especialistas se desplazaron hasta el puerto deportivo de Upper Keys y llevaron al pelícano -de corta edad, según el Miami Herald- al hospital del Centro, que está en el cayo Tavernier, unas 74 millas (120 km) al sur de Miami.
Emma McCarthy, una interna del centro para el cuidado de las aves, y el técnico del hospital Adam Manglitz, trabajaron juntos para extraer el teléfono del estómago del ave, algo que lograron con éxito.
En un video presentado por la institución se observa cómo la joven McCarthy introduce su brazo derecho -hasta el hombro- por la boca del pelícano, que no ofreció resistencia, hasta dar con el celular.
«Estaba cubierto de trozos de pescado y gusanos, por lo que era bastante desagradable», dijo Jordan Budnik, director ejecutivo del centro, quien agregó que el aparato no estaba funcionando en ese momento.
Los pelícanos tienen grandes esófagos y estómagos, por lo que elegir un miembro del personal con manos pequeñas, como McCarthy, para alcanzar el teléfono fue una opción preferible antes de anestesiar al animal.
«La alimentación en la vida silvestre tiene consecuencias continuas a largo plazo, como hacer que los animales se acostumbren a estar cerca de los humanos, algo que cambia su comportamiento natural y los pone en peligro», alertó Budnik.
«Por favor, no alimentes a (los animales de) nuestra vida salvaje. Va contra la ley y hace un daño grave», insistió el directivo.
Aunque alrededor de 40 especies de aves viven en el santuario de los cayos de la Florida, Budnik detalló que los pelícanos son las que más comúnmente llegan al hospital.
Esto se debe en gran medida a que sufren lesiones en las bolsas cuando comen cadáveres de peces que las personas descartan.
Este ejemplar en particular se ha recuperado y fue devuelto a su hábitat natural, según indicaron los especialistas del Centro. EFE
Deja una respuesta