Bertoni llegó a Paraguay en 1887, a la edad de 30 años, con la intención de estudiar la flora y fauna del Paraguay y la región, quedó maravillado por la rica biodiversidad del país y se estableció en la región de Alto Paraná, donde se fundó la Colonia Esperanza, allí dedicó gran parte de su vida a la investigación científica y la promoción de la agricultura, la botánica y la conservación ambiental.
Uno de los mayores logros de Bertoni fue el descubrimiento y clasificación de numerosas especies de plantas de Paraguay, durante sus expediciones por los bosques del país, recolectó más de 20,000 especímenes botánicos, muchos de los cuales eran desconocidos hasta entonces. Sus estudios y publicaciones contribuyeron significativamente al conocimiento de la flora paraguaya y atrajeron la atención internacional hacia la riqueza natural del Paraguay y la región.
Además de sus contribuciones científicas, Bertoni también jugó un papel importante en el desarrollo agrícola de Paraguay, introdujo nuevas técnicas de cultivo y promovió el uso de plantas nativas con fines alimentarios y medicinales, también experimentó con el cultivo de la yerba mate, un producto emblemático en la cultura paraguaya. Sus investigaciones y enseñanzas afectaron en generaciones posteriores de agricultores y científicos, y su legado se refleja en la actualidad en la agricultura sostenible y el respeto por la biodiversidad en Paraguay.
Bertoni también fue un gran interesado por la lengua guaraní y los aborígenes que son los grandes conocedores de la floresta y las plantas medicinales del Paraguay. Además de sus contribuciones científicas y agrícolas, Bertoni se preocupó por la educación y la difusión del conocimiento en Paraguay.
Fundó escuelas y promovió la educación en la región de Alto Paraná, abriendo oportunidades para que los niños y jóvenes accedieran a una educación de calidad. Su compromiso con la educación se desarrollará también a la difusión de sus descubrimientos científicos, publicando numerosos artículos y libros en los que compartiría sus conocimientos con la comunidad científica y el público en general, también fue famoso su calendario climático sobre las lluvias del Paraguay.
Mencionamos solo algunos aportes de los descubrimientos de Moisés Bertoni en la botánica.
Ilex paraguariensis (Yerba mate): fue descrita por Augustin Saint-Hilaire y publicado en Mém. Mus. Hist. Nat. 9: 351 en 1822, sin embargo, Bertoni fue uno de los primeros en estudiar la yerba mate, una planta nativa de la región que tiene gran importancia cultural y económica en Paraguay.
Passiflora bertoni (Mbopi ka’a): Esta especie de maracuyá silvestre fue descubierta y nombrada en honor a Moisés Bertoni.
Myrcianthes pungens (Guavirami): Una especie de árbol nativo que fue estudiada y descrita por Bertoni.
Achyrocline satureioides (Marcela): Bertoni investigó las propiedades medicinales de esta planta, ampliamente utilizadas en la medicina tradicional.
Ka’a He’e, máximo legado registrado científicamente por Moisés Bertoni en 1899. Bautizada como “Stevia rebaudiana Bertoni” en honor a sus precursores.
De la flora paraguaya la planta Ka’a He’e, también conocida como Stevia rebaudiana Bertoni, ha sido objeto de estudio y análisis por parte de científicos como el químico paraguayo Ovidio Rebaudi y el químico alemán Karl Dietrich.
Estos investigadores lograron identificar y separar los elementos edulcorantes de la planta, como la rebaudina y la eupatorina (luego estevina). El Ka’a He’e ha sido reconocido por sus virtudes dietéticas y medicinales. Además, se ha destacado su potencial como edulcorante natural, ya que sus componentes edulcorantes son mucho más dulces que el azúcar común, pero sin aportar calorías.
Esto lo convierte en una alternativa saludable para personas que buscan reducir su consumo de azúcar. En cuanto a su contribución al desarrollo sostenible en áreas rurales, se menciona que el Ka’a He’e forma parte de la identidad nacional de Paraguay y representa una oportunidad para implementar modelos de desarrollo sostenible que fusionen lo social, lo ambiental y lo económico.
Se destaca que existen miles de oportunidades como el Ka’a He’e para generar respuestas a la constante búsqueda de mejores condiciones de vida para millones de personas. El Ka’a He’e es una planta con propiedades edulcorantes y virtudes dietéticas y medicinales.
Tiene un enorme potencial como edulcorante natural y su papel en el desarrollo sostenible en áreas rurales de Paraguay, recordemos que la “Stevia” fue aprobada para su uso por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) es una agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EEUU, en 2008 y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2011.
Finalmente señalamos que, un municipio del Paraguay en el Departamento de Caazapá. ubicado a 260 km de Asunción mediante decreto del Poder Ejecutivo Nº 40.843, firmado por el presidente José P. Guggiari, el 27 de julio de 1931 lleva el nombre de Moisés Bertoni en honor al gran sabio e investigador suizo, además en la actualidad, escuelas, calles, plazas, un monumento científico y una Fundación llevan su ilustre nombre, sus descendientes, el Ingeniero Hernando Bertoni quien en su momento logro del autoabastecimiento nacional de trigo y arroz; e implementar la portentosa variedad algodón REBA-P-279 y su hijo el también ingeniero Moisés Santiago Bertoni (actual Ministro del MAG) llegaron al cargo Ministro de Agricultura y Ganadería MAG del Paraguay.
Fuentes consultadas
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El sorprendente legado que nos dejó el sabio Moisés Bertoni: el Ka’a He’ê *Goerzen H, Salas D. Fundación Moisés BertoniPrincipio del formulario (2011)
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«Moisés Santiago Bertoni: su vida y sus obras» de Efraim Cardozo (1980).
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«Moisés Bertoni: el suizo guaraní» de Efraim Cardozo (2007).
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«Moisés Bertoni: El hombre, el botánico, el investigador» de Enrique de Gandía (2010).
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«Moisés Bertoni: el científico explorador» de Isabel Iglesias de Ferreiro (2015).
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«Moisés Santiago Bertoni: su vida y legado en el Paraguay» de Gustavo Martínez Alvarenga (2019).
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«Moisés Bertoni: su vida y su obra» de Guillermo Reissig (1960).
Redactado por Nestor Adrian Acosta Rodríguez