Hablar de la última copa Libertadores del 2002 es hablar de un camino magnífico y una final muy dramática, en donde el franjeado casi se queda con las manos vacías. “El Pacaembú” fué testigo de la grandeza del único campeón de América paraguayo, quien tras sudor y lágrimas logró levantar su tercera Libertadores.
Olimpia empezó su camino en el grupo H con Flamengo (Brasil), Once Caldas (Colombia) y Universidad Católica (Chile). El franjeado terminó como puntero de su grupo.
En los octavos de final el rival a vencer fue el Cobreloa de Chile. Olimpia ganó ambos partidos, el primer partido el resultado fue de 2 a 0 y el siguiente fue de 2 a 1, dando un global de 4 a 1 a favor del franjeado.
La siguiente prueba era superar era capaz el reto más difícil e importante, el poderoso Boca Juniors, campeón de la edición 2001, era el muro a derribar. El partido de ida fue en Argentina y con un agónico empate en 1, se bajó el primer telón. El partido final fue en el Defensores del Chaco, en donde el único gol llegó en el segundo tiempo, llegó a través de los pies de Néstor Isasi, esta anotación inclinó la balanza a favor del Decano, el global fue de 2 a 1 a favor de los paraguayos.
El último peldaño antes de la final era el poderoso Gremio de Brasil, en un global de 3 a 3 (ida: 3 a 2 a favor del franjeado y la vuelta fue victoria para los brasileños por 1 a 0), los penales decidieron que el Decano paraguayo sería el finalista (5 a 4).
Finalmente el último rival que se imponía entre el Olimpia de Nery Pumpido y la gloria, era el sorpresivo Sao Caetano de Brasil. El panorama se tornó oscuro, cuando los brasileños triunfaron en el primer partido por la mínima en Asunción, aquel 23 de julio, Olimpia caía en su casa y tendría que definir las cuentas en el “Pacaembú”.
Llegó el día más esperado para ambos bandos, 31 de julio, día definitorio. El comienzo no pudo ser más adverso para Olimpia, a los 31 minutos, Ailton adelantó nuevamente a los brasileños, dando un global parcial de 2 a 0, pero enfrente estaba un equipo que no se iba a rendir, que forjaría su historia como más placer les daba, con sangre, sudor y sufrimiento.
Gastón Córdoba, a los 49 daba un respiro aliviador al equipo de Pumpido, luego, 10 minutos después Richard Báez puso el 2 a 1 final y el 2 a 2 global. Se venía la muerte súbita, los penales eran las barreras finales para que el Decano acaricie la gloria.
Al final el destino fue justo con estos guerreros, ya que el marcador en los penales fue de 4 a 2 a favor de Olimpia. Los pies de Mauro Caballero concretaron la hazaña y escribió otra página dorada en el libro de la historia del fútbol paraguayo.
¡A 21 años de la Copa Libertadores!
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— Radio Ñandutí (@nanduti) July 31, 2023