La odontóloga Lilia Espinoza y la bioquímica Sandra Hermosa fueron condenadas por homicidio culposo tras la muerte de la joven Sol Chávez, quien falleció por un paro cardiorrespiratorio horas después de haber ingerido 2 gramos de flúor recetado por la odontóloga en abril del 2021. La bioquímica autorizó la elaboración en dosis de 500 miligramos en cada cápsula, obviando las observaciones de los protocolos para la elaboración de preparados, según la Fiscalía.
María Edith Franco mencionó que buscaron por todas las vías la justicia que merece su hija, yendo y viniendo al juicio oral que duró tres meses. «Pensamos que la resolución saldría favorable a nuestra causa; sin embargo, recibimos esta noticia que es como empezar de nuevo un duelo por el fallecimiento de mi hija», expresó.
Comentó a Ñandutí que no hay dudas sobre la autoría del hecho, puesto que se pudo comprobar negligencia. Sin embargo, ahora el Tribunal dice que la sentencia debe ser mejor estudiada y pasar a un siguiente Tribunal.
“Vivimos un duelo constante, estamos destruidos. Nosotros teníamos esto como una esperanza de ver paz y calma en nuestros corazones, pero tenemos que empezar de nuevo. Es dolorosísimo que la Justicia se puso del lado de ellos y no del nuestro. Solicito encarecidamente que esto sea revisado. No puede ser que vivamos en un país donde reine la injusticia y no la justicia, no tuvieron en cuenta nuestro dolor», lamentó la madre de la víctima.
Agregó que la sentencia era la máxima para el caso y que lo consiguieron. “La decisión de este Tribunal nos parece una bofetada, una falta de respeto hacia una familia que sufre la pérdida de su hija. Como padres, solo pedimos justicia para nuestra hija”, finalizó.
Deja una respuesta