Según el embajador, Israel conoce muy bien las posibilidades con Brasil y Argentina, pero no tuvieron la oportunidad de ver el potencial que tiene Paraguay “y ahora están encantados”.
“Estoy encantado de proponer a nuestro país como un centro de inversiones reales”, destacó el diplomático.
Por último, enfatizó que ambas economías pueden complementarse de una gran manera, ejemplificando al Chaco como una tierra hostil, pero fértil, mientras que Israel pudo convertir un desierto en un vergel.
“Paraguay siempre será una usina alimentadora para el mundo, por eso necesitamos que produzca más. Elevar la producción con conocimiento y tecnología”, finalizó.
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